Se define el acúfeno como la percepción de un sonido sin que exista fuente sonora externa que lo origina. Se trata de un síntoma, no de una enfermedad y no debe ser confundido con alucinaciones auditivas. Puede afectar a uno de los oídos, a los dos o referirse a la cabeza, y percibirse como un tono puro y sencillo o, con más frecuencia, como ruidos complejos (murmullo de mar, chorro de vapor, grillo, timbre, etc.).
Es un síntoma tan frecuente que la mayoría de la población, en algún momento de su vida lo ha padecido, pero sólo en un pequeño porcentaje produce molestias suficientes para requerir su abordaje. Su fisiopatología no está aclarada aunque se piensan que están implicadas varias áreas del sistema nervioso central y periférico, lo que explicaría la distinta percepción del síntoma por los pacientes y justificaría en parte, la débil respuesta a los diferentes tratamientos.
Es un síntoma tan frecuente que la mayoría de la población, en algún momento de su vida lo ha padecido, pero sólo en un pequeño porcentaje produce molestias suficientes para requerir su abordaje. Su fisiopatología no está aclarada aunque se piensan que están implicadas varias áreas del sistema nervioso central y periférico, lo que explicaría la distinta percepción del síntoma por los pacientes y justificaría en parte, la débil respuesta a los diferentes tratamientos.
El objetivo en la primera consulta será buscar las causas tratables de tinnitus y hacer una orientación diagnóstica correcta.
Pueden estar indicados exámenes complementarios: En función de lo observado en la otoscopia, en ocasiones será necesario realizar pruebas que incluirán desde un estudio audiométrico específico (audiometría tonal liminar, logoaudiometría y potenciales auditivos de tronco del encéfalo), hasta pruebas de imagen (RNM de ángulo pontocerebeloso, angioRN, ecodoppler de troncos supraaórticos, TAC de hueso temporal y cuello, angiografía carotídea) o punción lumbar, todo ello en función de la sospecha diagnóstica.
Es importante individualizar la situación clínica del paciente, intentando ser positivos en la explicación del síntoma, y en caso de precisar el uso de fármacos, sobre todo si se asocia a ansiedad o depresión, el medico suele preescribir Alprazolam o Antidepresivos tricíclicos, tratando de buscar siempre la dosis mínima eficaz. Si no mejorase, pueden utilizarse o asociarse otras posibilidades terapéuticas
Es importante por un lado establecer una buena relación con el paciente con el fin de tranquilizarlo y generar en él una actitud positiva, y por otro conocer el grado de repercusión que su presencia produce en la vida del paciente, ya que según ello será necesario o no introducir medidas terapéuticas. Aunque no existan ensayos clínicos que avalen la efectividad de algunas medidas generales, si puede ser recomendado el evitar ciertos excitantes (chocolate, café, té y cola), el tabaco, el uso de fármacos ototóxicos y la protección frente al ruido.
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