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viernes, 19 de diciembre de 2008

¿ Sabe Ud....Qué es el Síndrome de Fatiga Crónica ?

El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una afección muy difícil de diagnosticar —y que no se acaba de entender por completo. A pesar de tratarse de un problema físico, también tiene componentes psicológicos. Esto significa que una persona con síndrome de fatiga crónica puede presentar síntomas físicos, como dolor de cabeza o de articulaciones. Pero la misma persona puede presentar también síntomas emocionales, como pérdida de interés en sus actividades favoritas.

Para complicar todavía más las cosas, distintas personas con síndrome de fatiga crónica pueden presentar síntomas diferentes. Y los síntomas del síndrome de fatiga crónica a menudo se parecen mucho a los de otras enfermedades, como la mononucleosis, la enfermedad de Lyme o la depresión. Y, por si fuera poco, los síntomas de este síndrome pueden variar a lo largo del tiempo incluso en un mismo individuo.

Afecta a personas de todas las edades y grupos étnicos, pero a más mujeres que hombres. Este síndrome es muy poco frecuente en los niños. Afecta a algunos adolescentes, pero tiende más a afectar a personas de entre cuarenta y sesenta años. Las persona jóvenes con síndrome de fatiga crónica suelen mejorar con el tiempo más que los pacientes mayores.
A veces varias personas de la misma familia contraen el SFC. Esto puede obedecer a que la tendencia a desarrollar este síndrome tal vez sea genética.

Todo esto hace que el tratamiento de esta enfermedad resulte un poco más complicado ya que no hay ninguna medicación ni ningún tratamiento aislado que permita resolver todos sus síntomas.

Los CDC (Centers for Disease Control and Prevention – Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) en EE.UU han establecido dos criterios para guiar a los médicos en el diagnóstico del síndrome de fatiga crónica:

A) Fatiga inexplicable que dura seis meses o más. Las personas con síndrome de fatiga crónica están agotadas, y su cansancio y falta de energía puede durar meses, sin que haya una causa evidente del mismo. Este tipo de fatiga hace que resulte sumamente difícil levantarse de la cama por la mañana, vestirse e incluso comer. Y repercute sobre los estudios, el trabajo y el ocio —incluso sobre actividades como ir al cine o tocar un instrumento musical. El síndrome de fatiga crónica no mejora reposando o durmiendo.

B) Padecer Cuatro o más de los siguientes síntomas:
- problemas de concentración y memoria a corto plazo
- dolor de garganta
- ganglios linfáticos inflamados y dolorosos al tacto
- dolor muscular
- dolor articular en ausencia de inflamación o enrojecimiento
- dolor de cabeza más fuerte o distinto del habitual
sueño reparador (es decir, no sentirse descansado ni siquiera después de dormir)
- cansancio o agotamiento que dura más de 24 horas después de hacer ejercicio físico

Para que a una persona le diagnostiquen un síndrome de fatiga crónica, deberá tener tanto fatiga de larga duración como cuatro o más síntomas de la lista anterior.
No se conoce una cura específica para el síndrome de fatiga crónica. Pero, aunque no hay ningún tratamiento rápido y definitivo, los expertos afirman que los siguientes cambios en el estilo de vida pueden ayudar:

Incluir un programa de ejercicios, regular y cuidadosamente diseñado, en tu rutina diaria.

El ejercicio físico puede tener efectos curativos, ya que aumenta los niveles de energía y favorece la sensación de bienestar. No obstante, las personas con síndrome de fatiga crónica deben tomárselo con calma a la hora de practicar cualquier actividad física que requiera esfuerzo. El nivel de tolerancia de cada uno es distinto. Varios estudios han confirmado que el "el ejercicio progresivo” (que significa empezar con actividades que requieren poco esfuerzo e ir aumentando gradualmente el nivel de intensidad) ayuda mucho en el síndrome de fatiga crónica. La mayoría de la gente con síndrome de fatiga crónica no está en forma, de modo que volver a hacer ejercicio de forma gradual les ayuda.

Utilizar técnicas de control del estrés y de reducción del estrés
Estas técnicas son unas estrategias estupendas para controlar determinados aspectos de la enfermedad.

Alimentarse de forma saludable.
Alimentarse bien puede ayudar a minimizar los síntomas de este síndrome y el malestar general. Se deben evitar las comidas copiosas, el alcohol, la cafeína y grandes cantidades de comida basura o chatarra. Algunos dietistas o nutricionistas elaboran menús y programas dietéticos para ayudar a reducir los síntomas de fatiga.

Considerar la medicina "alternativa". La acupuntura, el reiki, el masaje, los estiramientos, el yoga y el tai chi parecen ayudar a mucha gente afectada por el síndrome de fatiga crónica —pero es una buena idea que informes a tu médico sobre cualquier otro tratamiento a que te sometas.

Aparte de los cambios en el estilo de vida, ir regularmente a un psicólogo o terapeuta puede ayudar mucho en el tratamiento del síndrome de fatiga crónica. (Igual que participar en un grupo de apoyo para gente con síndrome de fatiga crónica.) Los principales objetivos de la terapia son ayudar a la gente a afrontar la enfermedad y sustituir los pensamientos negativos o poco realistas por otros positivos y realistas. Tener una actitud positiva y creer en la propia mejoría es de gran ayuda para los pacientes con síndrome de fatiga crónica.

Algunas personas consideran que los fármacos antidepresivos o ansiolíticos,muchas veces tomados sin control médico, pueden ayudar a aliviar los síntomas del síndrome de fatiga crónica. Al igual que los analgésicos (medicamentos para el dolor) de venta con y sin receta médica, así como los fármacos antiinflamatorios (como el ibuprofeno) también pueden ser de ayuda en algunos casos. Esto es un error, simplemente porque llevan a enmascarar el problema de fondo...y puede acarrear consecuencias severas a causa de adicciones a ellos...
En la mayoría de los casos, los síntomas del síndrome de fatiga crónica son más intensos al principio, y es posible que remitan, vuelvan a aparecer y así sucesivamente. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi la mitad de todos los pacientes con síndrome de fatiga crónica se recupera parcial o completamente en un plazo de cinco años tras la primera aparición de los síntomas —de nuevo, el pronóstico es mejor en los pacientes más jóvenes.

Vivir con el síndrome de fatiga crónica
La terapia y los grupos de apoyo pueden ayudar a los adolescentes con síndrome de fatiga crónica y a sus padres a afrontar los problemas académicos o sociales derivados de la enfermedad, como tener que faltar a clase frecuentemente, ir mal en los estudios o aislarse de las amistades y evitar las situaciones sociales.

He aquí algunas cosas que podemos implementar en nuestros cuidados que pueden ayudar:

1. Reconocer y expresar sentimientos: Las emociones fuertes forman parte de este síndrome. Sentimientos como la tristeza, el enfado y la frustración son completamente normales —y reconocer lo que se siente y decirlo son buenas estrategias de afrontamiento. El hecho de reconocer la emociones que experimentamos (en vez de intentar reprimirlas o simular que no te pasa nada) puede ayudar a averiguar que hay detrás de ellas y a afrontar mejor los problemas que puedamos tener.
2. Escribir. Cuando el síndrome de fatiga crónica afecta a la memoria y a la capacidad de concentración, puede ayudar anotar las cosas. Por ejemplo, hacer listas y notas para recordar lo que tiene que hacer. También puede ayudar llevar un diario donde escribir sobre los sentimientos y niveles de energía lo que puede ayudar a identificar tendencias; por ejemplo, si tiene más energía a determinada hora del día, esa información ayudará a organizar mejor a la hora de programar sesiones de ejercicio físico u otras actividades.
3. Concéderse más tiempo para hacer las cosas, sobre todo aquellas actividades que requieran concentración o esfuerzo físico.
Muchos expertos hacen hincapié en que, cuando se tiene síndrome de fatiga crónica, es más importante tener una actitud positiva sobre la mejoría que intentar entender por qué se ha desarrollado la enfermedad. Lamentablemente, mucha gente pasa demasiado tiempo intentando identificar una sola causa en vez de iniciar un tratamiento —cuando algunos tratamientos, como las técnicas de control del estrés y el ejercicio progresivo previamente mencionado, han demostrado ser eficaces en muchos casos. En otras palabras, incluso sin saber cuál es la causa del síndrome de fatiga crónica, los pacientes que quieren mejorar y adoptan una actitud activa y positiva ante la enfermedad tienen mucho mejor pronóstico.

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